Al recordar los días pasados de pequeña en el colegio, pensé en lo distinto que es ahora todo.
Las niñas, en el recreo, jugábamos a “Enseñar un mundo”.
Con estampas de vírgenes o cualquier cosa que nos llamaba la atención, (casi todo valía), montábamos dentro de una caja algo parecido a un cuadro, que se adornaba con encajes, botones y cualquier cosa que sirviera, pero lo esencial, (y sin lo que no podía realizarse el juego), era una hebra de hilo.
El proceso era el siguiente:
Te acercabas a cualquier compañera y le decías: ¿Me das una hebra de hilo y te enseño un mundo? Lo curioso de esa frase es que no se decía:
“ Y te enseño el mundo”.... sino... un mundo, pero tenía su lógica ya que cada una creaba su mundo particular y las había que hacían verdaderas obras de arte añadiendo día a día las hebras de hilo recaudadas.
Para quien no lo recuerde, he montado “un mundo” en una caja y lo he fotografiado. Lleva una estampa muy antigua, botones variados y el elemento esencial: los hilos de colores.
La fotografía no es buena, por el reflejo. No he podido rectificar pues la hice en el pueblo.
Esa caja y la pequeña en forma de corazón son de aquellos años, las tenía guardadas.
Espero que la nostalgia de este juego tan simple y a la vez tan creativo enternezca vuestro corazón.
Un abrazo a todas: Alicia García Gómez.
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