Antiguamente
“infamar a un hombre era igual que matarlo”
Actualmente
hemos perdido la conciencia de la importancia del HONOR y
menospreciamos el de cada persona.
Hoy,
cotidianamente, se buscan “clientes de opiniones” en la vida
diaria, pero sobre todo en internet.
Basta
un llamamiento a través de la red, para que en masa y sin criterio
alguno, los internautas, secunden una movida promovida por
cualquiera… aunque este cualquiera, aparentemente, haya perdido la
razón.
Esta
movida puede abarcar, desde abuchear a un presidente en un acto
institucional, dejándonos en ridículo ante el resto del mundo
(cuando todos sabemos que el voto de castigo a un político, sea de
cualquier ideología, se le aplica en las urnas); insultando en los
foros bajo el anonimato; captando niños inocentes en la red (y
fuera de ella) con fines perversos . De seguir, no acabaría nunca.
De
los temas que aparentemente no nos interesan pasamos:
Niños
pasando hambrunas.
Jóvenes
y no tan jóvenes secuestrados, muertos sin posibilidad de enterrar
sus cuerpos.
Ricachones
sin escrúpulos alimentándose de la “sangre del pobre”.
Políticos
unidireccionales predicando promesas que terminan en falsedades,
llevando a los pueblos a la ruina.
Terrorismo
doméstico que enmudece a miles de mujeres.
Y
así un largo etc.
Y
lo malo no es que pasemos, sino que callamos y ya se sabe: “el que
calla otorga”... y todo termina convirtiéndose en cotidiano.
Pero
no olvidemos, volviendo al anonimato, que un burro conectado a
internet sigue siendo un burro y se puede ser analfabeto y no ser
burro o se puede ser burro sin ser analfabeto.
Por
ejemplo la mayoría no se para a entender los editoriales; no se
argumenta y se olvida fácilmente que un parlamento es para
parlamentar.
Abiertamente
y dando la cara nadie quiere crearse enemigos y erróneamente en esta
época, ser bueno equivale a ser tonto.
Si
la T.V. Española se ha convertido en la 1ª escuela de la Nación,
¿por qué en el horario de la tarde aparece gente grosera y
chabacana y cierto sector del periodismo ha dejado de serlo para
convertirse en “marujonas del país”? y lo triste de esto es que
tienen audiencia en ciertos medios de comunicación. ¿Este tipo de
audiencia utilizará su cerebro para algo más que enterarse del
último divorcio acontecido entre algún “famoso”?
Soy una
ciudadana normal; no soy moralista, ni lo pretendo, pero a diferencia
nuestra, en Irlanda, en la primera edición digital del país (desde
el primer año), se crea la Ley de Difamación, llegando, por
blasfemar, la multa hasta 25000 euros. En Finlandia está penalizado
con la cárcel, pero ¿qué ocurre en la sociedad española para
llegar a este deterioro?.
Antiguamente
hasta los niños decíamos: “Te doy mi palabra de honor”. Los
mayores se daban la mano, siendo este el documento que sellaba un
pacto y esto ocurría desde tiempos remotos.
Actualmente
ni siquiera nos paramos a distinguir entre injuria y calumnia; por
todo esto tanta tolerancia social se transforma para dolor de algunos
y regocijo de otros en la “MODERNA INQUISICIÓN”.
Y me
pregunto: ¿Se ha perdido el honor o es que ya no se lleva?...
Siempre creí que iba parejo con el ser humano civilizado…Igual
estamos perdiendo esa cualidad y solamente nos queda la bestia.
Querida amiga cuanta razón tienes,te doy mi palabra de honor que esto es cierto.
ResponderEliminarun saludo a la familia.