miércoles, 27 de marzo de 2013

La Capuchina. ¡Ya es primavera!


La capuchina, para mí, es la alcahueta, la soplona, la chismosa que me advierte (con su floración) que la primavera ha llegado a mi jardín; quizás, por eso, desde siempre, me gusta.

La conozco, en mi casa de Encinasola, desde pequeña y ahora también la tengo en Gerena. Siempre la conocí como "espuela de caballero", aunque se la conoce también como: capuchina (el más común), espuela de galán, flor de la sangre, llaga de Cristo, marañuela, taco de reina, pelón, mastuerzo de Indias, capucha de monje, berro del Perú o de los Jesuítas.

Lo cierto es que su procedencia es de América del Sur, del Perú y fué introducida aquí por los españoles, junto con la patata y el maiz.

La reproducción, es facilísima, por semillas. Éstas son más gruesas que un garbanzo (antes de secarse).

Sus propiedades son maravillosas. En la cocina se pueden comer sus flores, hojas y sus aceites. De hecho en muchos restaurantes se utiliza condimentada o para adornas sus postres.

En medicina es un antibiótico natural y desinfectante. Tiene infinidad de aplicaciones beneficiosas para el organismo.

La encontramos en muchos parques y jardines y pasaría desapercibida, para muchos, si no fuera por sus vistosos colores: amarillo y naranja.

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